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Además de numerosos artículos publicados en distintos diarios, se edita en el año 1996 su primer libro "Siempre quedan las estrellas", donde la autora cuenta sus experiencias junto a enfermos terminales en lo que fuesu primera etapa como voluntaria. Tres años después ve la luz el segundo libro, novela en esta ocasión.A lo largo de una sencilla historia, surgen de nuevo las eternas preguntas, dudas y reflexiones del ser humano que busca, en medio del desamparo y la hipocresía clerical, un sentido al dolor.



Siempre quedan las estrellas
Conocida actriz de teatro ha vivido en profundidad emociones tales como la ira, la venganza, el dolor, pero... en esta obra esperanzadora nos descubre el trabajo silencioso y oculto que practica en el servicio de voluntariado anónimo y que es para ella la fuente de paz.■  


 





Como si no pasara el tiempoPaula, una prestigiosa escultora septuagenaria, regresa a la ciudad donde nación para vivir su última etapa del camino. Allí se instala en la casa solariega que perteneció a su familia, pero al poco tiempo, y ante el asombro de los vecinos, decide trasladarse a la residencia de ancianos de la localidad. Meses después, se descubre en Paula una extraña conducta que revoluciona, en parte, la tranquila vida del centro.
Teresa, asistente social de la residencia, y Juan, sacerdote católico, capellán de la misma, mantienen una ambigua relación.
 

La Bondad y justicia de Diós, tantas veces incomprensible, el no menos cuestionado libre albedrío del hombre, y los especiales matices con los que intentan desviar el amor inconveniente algunos profesionales de nuestros templos católicos, son, entre otros, interrogantes que asoman por los resquicios de una historia, en la cual la pasión se difumina y entremezcla con la pena, profunda y permanente, para dar forma, poco a poco, a esos fantasmas que, a menudo, ocupan nuestros silencios.■