LA
LÁMPARA MARAVILLOSA
Dedicado
a Luz, amiga.
Ella
entenderá por qué
Recuerdo
también una tarde, hace muchos años, en la catedral leonesa. Había
entrado buscando un refugio,agitado por el tumulto angustioso de las
ideas,y de pronto mi pensamiento quedó clavado en un dolor quieto y
único.
La luz en las vidrieras celestiales tenía la fragancia de
las rosas,y mi alma fue toda en aquella gracia como en un huerto
sagrado. El dolor de vivir me llenó de ternura,y era mi humana
conciencia llena de un amoroso bien,difundido en las rosas
maravillosas de los vitrales, donde ardía el sol.
Amé
la luz como la esencia de mí mismo,las horas dejaron de ser la
sustancia eternamente transformada por la intuición carnal de los
sentidos,y bajo el arco de la otra vida, despojado de la conciencia
humana,penetré cubierto con la luz del éxtasis.
¡Qué
sagrado terror y qué amoroso deleite!
Aquella
tarde tan llena de angustia, aprendí que los caminos de la belleza
son místicos caminos por donde nos alejamos de nuestros fines
egoístas para transmigrar en el Alma del Mundo...Y,sin embargo,esta
ilusión fundamental del éxtasis,momento único en que las horas no
fluyen,y el antes y el después se juntan como las manos para rezar.
Beatitud
y quietud,donde el goze y el dolor se hermanan,porque todas las cosas
al definir su belleza se despojan de la idea del Tiempo.
VALLE
INCLAN
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