SI…


Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fe, que te niegan,
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.
Si esperas en tu puesto sin fatiga en la espera.
Si engañado, no engañas.
Si no buscas más odio que el odio que te tengan.
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres.
Si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.
Si sueñas y los sueños no te hacen su esclavo.
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si tropiezas el triunfo, si llega tu derrota
y a estos dos impostores los tratas de igual forma.
Si logras que se sepa la verdad que has hablado
a pesar del sofismo de orbe encanallado.
Si llegas al comienzo de la obra perdida
aunque esta obra sea la de toda tu vida.
Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría
tus ganancias de siempre a la suerte de un día
 y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.
Si logras que tus músculos y el corazón te asistan
aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo cuando no queda nada
porque tú lo deseas y lo quieres y mandas.
Si hablas con el pueblo y guardas tu virtud.
Si marchas junto a reyes con tu paso y tu luz.
Si nadie que te hiera llega a hacerte la herida.
Si todos te reclaman y nadie te precisa.
Si llenas un minuto inolvidable y cierto
de sesenta segundos que te eleven al cielo
y todo lo de esta tierra es tu dominio
y mucho más aun, ¡serás hombre, hijo mío.!


Lo escribió Rudyard Kipling y se lo dedicó al hijo que acababa de nacer ,y que años más tarde murió en la Primera Guerra Mundial.
 Mas que un poema, es para mí una oración.